La loca que entiende locos

05 February 2013

Me pidió que hablemos de ti y tengo miedo a decirle la verdad. No, tengo miedo a mostrarle la realidad. Con la verdad no hay ningún problema, pero incluso contarle todo no le ayudaría a entender mi amor.  Su experiencia simple y terrenal no le alcanzaría para comprender pero no quiero forzar mi realidad en la de ella y dañarle, ante la imposibilidad de nuestro amor, de nuestros mundos, de nuestras vidas.

Lo nuestro no fue común y circunstancial, nos amamos desde siempre y para siempre. Los amores como el nuestro, épicos, son efímeros porque la realidad misma no puede contenerlos. Los amores épicos mueren, trascendiendo realidades y tiempo, dejando fantasmas que embrujan. Nosotros mismos dejamos de existir para dejar espacio a nuestro amor y volverlo real. Compartimos todo lo compartible, aprendimos todo lo aprendible. Y como sucede con los amores imposibles, morimos.

Ahora sé que todas mis emociones, pasado, presente y futuro, nacieron en el momento en que te vi por primera vez. Estoy seguro que si nuestros caminos no se hubieran cruzado, igual cargaría en mi mente con mis recuerdos, en mi cuerpo con las cicatrices y en el corazón con estos sentimientos. Porque el tiempo, los mundos y las mentes mortales no pueden contra los amores épicos.

Viví para amarte durante un instante, lo di todo. No necesito nada más, no se arregla algo que no está roto. Soy feliz.